A
través del sendero, rodeado de montañas, caminando, descubriendo lugares
nuevos, buscando sensaciones de vida distintas. La soledad como compañera de
viaje. Y mi vida fotografiada sin filtros.
El
destino siempre escrito. El destino apropiándose de todo. El destino; ese sino,
esa espada que nos apunta y desconocemos. Necesitaba descansar, necesitaba
ordenar ese sinfín de ideas que martilleaban mi cabeza. Abrí la mochila y bebí
un sorbo de veneno, un sorbo corto, dosificaba el daño porque el viaje podría
ser largo.
Sentado
sobre aquella piedra apareciste. Tu imagen se dibujaba entre zarzas en llamas.
Fuego y frialdad. El amor resistiendo, combatiendo aquel odio repugnante, un
desprecio que fue avanzando día a día.
La
noche caía; inexorable. La luz se apagaba, y la luna, caprichosa luna, decidió
aliarse con mis tinieblas. La oscuridad de mis días cegaba mis noches. Me
acurrucaba, tiritaba, buscaba abrigo y comprensión, provocaba al pasado con
saña, queriendo encontrar razones entre aquellos arbustos misteriosos cuyas
ramas se clavaban en mi interior como puñales.
Nunca
debí hacerlo, ahora lo veo claro, es tarde pero no debí hacerlo; me arrepiento
de todo pero debe ser culpa del destino. Culpa al destino también de que esta
noche, esta oscuridad y esta alta montaña acudieran a mí cual musa de claridad,
culpa al destino de todo lo bueno o malo, culpemos al todo estaba escrito…
Un pastor, que acompañaba a su rebaño de ovejas, fue el primero que encontró la mochila al pie de la montaña, mientras tanto, unos metros más allá, las ovejas rumiaban a compás; juntas, alrededor de un cuerpo desmembrado.
¡Y dale!
ResponderEliminarPor que me tienes "enganchaica" que si no... ¡no volvía por aquí!
¿Te he dicho que no creo en el destino? Pues eso.
El destino existe, el destino es el resultado de todo aquello que te sucede, y aunque tú no lo creas, el destino siempre está ahí, no es ninguna fuerza extraña o desconocida, pero interviene en nuestras vidas unos segundos antes o unos segundos después.
ResponderEliminarUnos lo llaman destino y otros consecuencias de la vida.
Besito.
¿No podemos cambiar -ESE DESTINO-?
ResponderEliminarA veces (solo a veces) las consecuencias de nuestros actos, no son lo que merecemos... ¿destino cruel? ¿caprichoso? ¿benévolo? ¿diabólico? ¿Estamos predestinados?
Necesito cafés o copas para seguir hablando contigo de "DESTINO"
En mi opinión, el destino no es azul o rojo, benévolo o caprichoso, doloroso o placentero, el destino es el que es, pura consecuencia de la vida que vivimos.
ResponderEliminarDestino es lo que te ocurre y predestinado la persona a la que le sucede.
Un ejemplo absurdo: Ayer mi hijo llegó a Sevilla en tren, llovía a mares, nosotros le aconsejamos que como iba muy cargado de maletas que cogiera un taxi y él se empeñó en el bus porque era más barato. Hasta ahí todo bien. En el bus le robaron el móvil que cuesta unos 200-300 euros. ¿Estaba predestinado a que le robaran el móvil en el bus? ¿No es posible que lo hubiese perdido también en el taxi? Ambas cosas ocurren pero en ninguna de ellas puedes intervenir para hacer cambiar esa consecuencia de tu vida que algunos llaman destino. Si pudiésemos hacerlo nadie montaría en un coche que se accidenta o un avión que se estrella, lo mismo que nadie se casaría con alguien que le maltrata o engaña.
Perdón por el tocho. Un saludo.
No es tocho.
ResponderEliminarMe ha quedado clara tu opinión. Me duele la cabeza y hoy no te contaré lo que pienso yo... aunque sigue la oferta de discutirlo con un cafe en medio o varias copas...
Siento infinito lo de tu hijo! vaya contratiempo! En un taxi, es más complicado que te roben el movil... (y no hay que ser el inspector Gadget, porque en caso de que ocurriera, solo habría un sospechoso...)
A veces quererte ahorrar un durillo... ¡te sale más caro! Por ejemplo siempre digo, que en Madrid, meter el coche en un parking, es la "multa" más barata...
¿Un saludo?, no deja, un beso.